Implicación del padre en la custodia compartida

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En los últimos tiempos, el aumento del número de parejas que deciden separarse se ha convertido en una realidad incontestable que obliga a dar una respuesta jurídica para encauzar su buena resolución, adoptando un cariz más que especial cuando hay menores de por medio.

Los términos de “custodia compartida” cada vez son más familiares para la sociedad española, y gozan de amplia aceptación por parte de los jueces a la hora de decidir en estos casos, pues entienden que garantiza a los menores la posibilidad de disfrutar del tiempo con ambos progenitores, se evitan sentimientos negativos hacia alguno de ellos en particular y, a su vez, permite a los padres seguir ejerciendo sus derechos en relación a los menores.

Sin embargo, muchas veces los progenitores no consiguen ponerse de acuerdo sobre quién debe cuidar a los hijos, y no es extraño que, en ocasiones, el padre pida que la guarda y custodia de los menores corresponda a la madre, quedando en manos del juez decidir sobre el desacuerdo, siguiendo el mandato del art. 159 del Código Civil.

Éste es el marco en el que se encuadra la reciente y novedosa Sentencia 55/2019 de 11 de julio del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción de Leganés. En ella se discute, entre otros asuntos, a quién debe corresponder la custodia de una menor. La madre, demandante en este caso, pide que sea compartida y flexible, puesto que pretende incorporarse al mercado laboral y no podría pasar todo el tiempo con su hija. El padre demandado, por el contrario, exige que la custodia pertenezca sólo a la madre, puesto que sus circunstancias laborales y personales son complicadas: debe entrar a trabajar a las 6:30 de la mañana, vive a 45 kilómetros de su centro de trabajo y, además, no podría dejar a su hija a cargo de su madre por tener ésta una avanzada edad.

El Juez entiende la posición del demandado pero, adoptando una perspectiva de género, entiende que “la madre tiene derecho a mejorar su perspectiva laboral y que, en vista de que ambos tienen una situación familiar similar (tienen otro hijo de una pareja anterior, viven en domicilios independientes y sus ingresos mensuales son semejantes), la organización y asistencia a su hija es el criterio más importante a tener en cuenta en cualquier caso”.

Por este motivo, estima la demanda de la madre, impone la custodia compartida y recomienda al padre que adopte medidas tendentes a mejorar la atención a su hija, tales como pedir ayuda a terceras personas o buscar una mayor flexibilidad laboral. Se pierde así la visión de que la madre debe ser la encargada principal del cuidado de los hijos y se involucra a los progenitores varones en aras a que los menores puedan disfrutar de tiempo con ambos de manera análoga.

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