Al estar próximos al inicio de un nuevo año, las empresas deben de ir planificando el cierre de sus cuentas de resultados con el objetivo de trasladar éstos al balance.
Es por ello que con fecha de 31 de diciembre de 2018 será preciso la elaboración de un inventario para conocer las existencias que no han sido consumidas. Para conocer esta cuestión es necesario que las existencias compradas sean la suma de las consumidas y no consumidas durante el año.
Otro de los puntos a destacar es la reclasificación de deudas y créditos que tendrá la sociedad en el ejercicio 2019.
Importante asunto será también tener en cuenta los ajustes de periodificación, puesto que se pueden haber realizado gastos u obtenido ingresos por la prestación de servicios que tendrán lugar en el ejercicio 2019 en lugar de en el ejercicio 2018, momento en el cual fueron contabilizados.
Por último, hacer referencia al considerable peso que tienen las amortizaciones contables del inmovilizado en el cierre contable, las cuales deberán realizarse con fecha del último día del ejercicio en cuestión.
Lo expuesto anteriormente tiene como principal objetivo conformar las cuentas anuales de la sociedad del ejercicio 2018. Estos estados financieros deben reflejar la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados de la empresa; todo ello con el propósito de realizar una adecuada planificación fiscal de cara a la presentación de la declaración del Impuesto sobre Sociedades en julio de 2019.
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